 
 Perdida y sin saber por dónde empezar.  Caminando poco a poco con miedo a tropezar, esperando una voz que me diga cómo y hacia donde ir, esperando una voz que vuelva a hacerme soñar...   Esperando una noche en la que beba hasta olvidar o quizá, no espere nada de esto y espere cualquier detalle insignificante que me haga reír hasta que me duela el estomago o  hasta que no pueda más.  Es que cuesta encontrar a alguien que hable mi mismo idioma, que no me de la razón por todo, sino que me haga razonar cuando crea que me equivoque.  ¡Ah! sí y que me haga reír, eso es muy importante.     
Florencia®
 
 
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario