“Tocó su  puerta, [y algunas cosas más] con un ramo de sueños, y pétalos de perdón. Podía notar como su  rostro enfadado comenzaba a endulzarse y sus  ojitos a brillar. Pronuncio dos dulces palabras  y le regalo su vida por un simple te quiero, porque  era  todo lo que necesitaba! Y después  de eso ya todo comenzaba a cerrar, ya no parecía haber tanta gente en las calles, cuando  sus almas caminaban a la par. Y fue así de fácil que comenzaron  a soñar…”
Florencia®
 

 
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario