Confía en el hecho de porque esta dicha cada palabra

Mis lectores

Él es lo indomable.

Su alma salvaje inspiraba historias, canciones, poemas, cuentos… Llevaba el mar dentro de sí, inquieto, vivaz, poderoso, indomable. Había historias que contaban que su cabello era blanco como la espuma y que sus ojos cambiaban como el mar cambia el color de sus aguas según cómo este el cielo. Contaban que su voz era apenas un murmullo, pero que lograba escucharse a kilómetros de distancia; que sus ojos hipnotizaban a las mujeres; que su ira estallaba como el furioso estruendo de una ola al romperse y que a veces parecía muy fragil, aunque en realidad guardaba una fortaleza de la que muy pocos pueden presumir. Contaban que era inalcanzable. Muchas mujeres cayeron en sus redes, enamoradas de su aparente serena belleza, esa que se ve desde lejos. Algunas intentaron dominarlo, desafiarlo; otras, simplemente querían navegar por sus aguas, acercarse sólo un poco para rozar su bello rostro con la punta de los dedos. Quizás algunas hayan atravesado el fuerte oleaje de la costa o soportado las múltiples tormentas, pero ninguna logró conquistarlo, nadie sobrevivía demasiado tiempo en sus aguas. El era lo inalcanzable, lo imposible, lo indomable. El llevaba el mar en su interior.

Florencia®(en parte)

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