Confía en el hecho de porque esta dicha cada palabra

Mis lectores

Y a mi se me parte el corazón cada mañana al entrar en ese bar. Al verla allí, con la mirada perdida. Con la misma mirada perdida que tenía cuando llegó, la misma que se fue transformando con los meses. Está allí sentada, muerta de frío, esperando. Esperando… ni siquiera ella sabe muy bien a qué, o a quién.

Y puede que un día se canse de esperar delante de un café frío, y entonces se levante, y le de la vuelta al mundo sólo por encontrar eso que durante los últimos meses la ha mantenido viva. Esos ojos claros que tanto le gustaba mirar cada dia. O puede que un día, él vuelva desde la otra punta del país a buscarla al lugar donde la dejó. Para empezar eso que nunca acabaron. O puede que no, que no vuelvan a verse nunca. No lo sé. Lo mágico de no saber que va a pasar, es que puede pasar cualquier cosa…

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